En esta gráfica -cuyos datos provienen de diversas fuentes- se aprecia cómo el tamaño de los instaladores de Dreamweaver y Flash, caballos de batalla de Macromedia, se mantuvieron por debajo de los cien megabytes hasta la versión 8.0, la última que usó la antigua marca. El “Efecto Adobe” ha sido impresionante: los instaladores de las versiones CS han engordado a un ritmo vertiginoso.
¿A qué obedece esta inflación? Hemos destripado el instalador de Flash CS4 para ver qué contenía. Además de los datos de Flash, hay carpetas para instalar toda la hueste de accesorios y dependencias de Adobe: AIR, Bridge, Camera Raw, Drive, el administrador de Extensiones y otros elementos compartidos. En resumen: junto a Flash, uno descarga un montón de software que no había pedido en un primer momento.
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